La periodista Yoshiko Akehi visita la bodega más occidental de Europa

Imagen cortesía de Bodegas Quintero
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La prestigiosa periodista japonesa, Yoshiko Akehi, especializada en vinos españoles, valora los caldos herreños de Bodegas Quintero.
En  Sabinosa, el pueblo más occidental de España, se perpetúa Bodegas Quintero, de la que surge uno de los mejores y más característicos vinos tradicionales con Denominación de Origen de El Hierro.

Su propietario, Juan Manuel Quintero, conserva las usuales técnicas de las generaciones pasadas, en la elaboración de vinos como el selecto Simancas, que brota de las volcánicas tierras del Valle del Golfo y representa el fruto del trabajo  de sus antecesores.

Este vino dulce "es más que un lujo para los sentidos", dice Yoshiko Akehi, periodista japonesa de gran prestigio en el sector gastronómico y especializada en vinos españoles.

Akehi, que visitaba el pasado fin de semana El Hierro para recabar información sobre la cultura vitivinícola de la Isla del Meridiano para incluirla en su próximo libro, recorrió los viñedos de Sabinosa y comprobó, de primera mano, la marcada reminiscencia de los caldos de Quintero. Del viticultor reconoció que "ha sabido aplicar, de manera exquisita, las nuevas tecnologías en el tratamiento y control de la viña, sin perder la esencia auténtica de quienes sembraron en Sabinosa la semilla de un vino de carácter".

Con marcada acidez, domada por el dulzor, la cata de Simancas logró sorprender a la escritora nipona que, si bien reconoció que ya esperaba encontrar en "la isla desconocida" bodegas con historia, descubrió con Quintero "la excelencia de un vino de solera que refleja la influencia ancestral, la experiencia y el amor por la viña para conseguir la perfección en la copa", expresó.

El pintoresco pueblo de Sabinosa, está rodeado de vertiginosas laderas en las que se mezcla el abanico de colores del terreno volcánico (picón o jable, negro y rojo) con el verde de las parras, siendo verijadiego la uva más característica y la que, en mayor porcentaje, da lugar al Simancas de Quintero. 

Un entorno privilegiado para la vista, pero arduo para el trabajo. Los acusados desniveles por los que avanzan los viñedos, a pocos metros del Atlántico, dan lugar a Yoshiko Akehi a imaginar las dificultades que superan los agricultores para cultivar la tierra. "El caldo de Quintero, a la vez que fino, redondo, transmite sacrificio, tesón y esfuerzo", explica la experta japonesa.

La uva: verijadiego blanco (80%), uval y bremajuelo. La producción limitada de Simancas, naturalmente dulce, de 20 años de solera en barricas de roble americano, alcanza las 1.000 botellas anuales.