Subida al Mirador del Leza: senderismo en Camero Viejo

Cañón del río Leza
photo_camera Cañón del río Leza

El cañón del río Leza es uno de los parajes más espectaculares de la comarca de Cameros. Una recorrido de apenas dos kilómetros y fácil acceso que permite disfrutar en familia de este rincón de La Rioja. Ideal para hacer en otoño.

Logroño queda a sólo 29 km de distancia del espectacular desfiladero por el que el río Leza se tiende hacia el Ebro dejando definitivamente atrás los ralos praderíos de la comarca de Camero Viejo. Tierra de ganadería trashumante, cielos transparentes y excelente mazapán, atesora también un buen puñado de yacimientos de icnitas, varios pueblos con un pasado rico y mucha soledad presente, un destacable patrimonio arquitectónico y una etiqueta natural de lujo: su pertenencia a la Reserva de la Biosfera de los Valles del Leza, Jubera, Cidacos y Alhama, una vasta extensión de territorio situado al sureste riojano.

La guía para llegar hasta Soto en Cameros, punto de partida de las dos rutas propuestas (una a cada orilla del alto cañón), es la carretera LR-250 que deja atrás, sucesivamente, Villamediana de Iregua, Villafrecha y Leza de Río Leza. Cada uno de los recorridos se alza sobre el profundo hondón calizo ascendiendo por su respectiva orilla. Ambos tienen un recorrido de unos dos kilómetros (sólo ida) y se miran como en un espejo en la línea del abismo.

La opción primera sigue casi en paralelo, aunque cada vez más hundida en el terreno, el trazado de la LR-250 (por la margen izquierda del desfiladero). Se trata de una senda suficientemente amplia y protegida con una barandilla de madera que se inicia en el mismo casco urbano y asciende hasta el Mirador del Cañón del Leza (también conocido como Mirador del Torrejón). Se trata de una atalaya natural magnífica para observar el vuelo del buitre leonado y otras rapaces. Un par de horas de caminata desde el pueblo.

La segunda opción, que discurre por la orilla derecha del desfiladero, comienza junto a la ermita de Nuestra Señora del Cortijo y solapa su recorrido al que conduce hasta dos de los yacimientos con huellas de dinosaurio de la zona (Soto 1 y Soto 2). En total, una caminata de unos diez minutos hasta el primer yacimiento y de unos cuarenta hasta el segundo. El paseo, con el otoño alcanzando su máximo esplendor, depara unas panorámicas bellísimas. Al regreso hay que aprovechar para acercarse hasta el último obrador de mazapán artesano que todavía funciona con horno de leña en Soto: el de la Viuda de Manuel Rodondo (Marqués de Vallejo, s/n), situado sobre el ayuntamiento.

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