Opinión

La buena vida, la vida buena…

El mercado La buena nació hace unos meses en Madrid y la acogida ha sido tan buena que se ha convertido en una cita mensual e incluso se ha extendido a Barcelona. Elsa Vega nos descubre los secretos de este espacio familiar donde descubrir y comprar productos ecológicos y/o artesanos.
Lo dice su propio nombre y, la verdad, le va al pego, porque en el mercado "La buena vida" se disfruta de esas pequeñas cosas, detalles que hacen de un día cotidiano un día feliz.

El mercado nació hace unos meses en Madrid y la acogida ha sido tan buena que se ha convertido en una cita mensual e incluso se ha extendido a Barcelona. Mientras que en la capital se celebra el primer fin de semana de cada mes en HUB Madrid, en la ciudad condal se hace el segundo en el CREC.





"La buena vida" es un espacio familiar, lo suficientemente pequeño como para que puedas conversar con cada vendedor y enterarte de la procedencia de sus productos, todos ellos ecológicos y/o artesanos, pero lo suficientemente grande como para que no falte de nada. Verduras, frutas, hortalizas, miel, mermeladas, embutidos, quesos, infusiones, flores y hasta cata de cervezas artesanas.





Ellos mismos plantean entre sus objetivos el visibilizar  y promover la alimentación consciente y el mejorar el tejido productivo local, que a veces juega al escondite con las grandes superficies imperantes: "para una vida buena no es fundamental consumir más, lo imprescindible es consumir mejor".

Los puestos varían en cierta medida en cada edición; de hecho, cada mes se elige una temática concreta que se convierte en la estrella del mercado. Ya ha habido ediciones dedicadas al pan con denominación de origen, a los quesos artesanos y la próxima edición, el 6 y 7 de julio, amenaza con traernos la cosecha del verano de la huerta mediterránea (apetecible, ¿no?).





Pero además de la retro-compra en el mercado, como se ha hecho toda la vida, este espacio quiere ser punto de encuentro, de ocio y socialización, por eso se organizan talleres para grandes y pequeños. ¡Atentos este mes, porque nos enseñarán a construir hornos solares!

Tras las clases, y con la cesta de la compra ya repleta, nada mejor para reponer fuerzas que tomarse un refrigerio en el propio mercado. El restaurante abre todo el día y la comida que se sirve puede tomarse allí mismo o llevarse a casa.





Si estáis en Madrid el primer fin de semana de mes, o en Barcelona el segundo, es un buen plan para incluir en vuestro viaje. La esencia del mercado de siempre, el de los productos caseros, ha vuelto a la ciudad. El tenedor es un arma cargada de futuro.

6 y 7 de julio en HUB Madrid (calle Gobernador, 26) de 10 a 22 h. 13 y 14 de julio en CREC en Barcelona (calle Blesa, 27). 

Más información en Mercado La buena vida.

Fotos: Juan Fernández