Germán Terrón, poeta gaditano que fijó su residencia en Palma de Mallorca hace 35 años, nos acompaña en un recorrido urbano, muy vivo, por la zona obligada de paso de los turistas que visitan la capital de las Islas Baleares.
Quedamos en la Plaça Major, construida a caballo entre los siglos XVIII y XIX. Tomamos un café en una de sus terrazas y Germán me habla de su último libro de poemas, Reflexiones y poemas de un naufragio, una colección de poemas intimistas, sinceros, reflejo de una época que sufrió pero, que por suerte, se encuentra en el pasado. La Plaça, rectangular, porticada, con edificios de entre tres y cuatro alturas, anima a una conversación en las que las palabras brotan desde el corazón.
Salimos por la Plaça del Marquès de Palmer hacia el Carrer de Colom. Es una plaza pequeña, peatonal, que también cuenta con algunas terrazas y varias tiendas con escaparates que detienen el paso de turistas y mallorquines. Los edificios modernistas, con grandes balconadas y formas imposibles en las fachadas, comienzan a mostrarse y no pararán durante todo el recorrido que Germán nos ha propuesto. Fachadas decoradas, muchas de ellas con azulejos, que no se ven dañadas por otras más modernas pero que mantienen colores y alturas. El Carrer de Colom es una calle estrecha, pero con amplias aceras para que los paseantes se sientan cómodos por ellas, con apenas un carril para la circulación de los pocos coches que por ella se aventuran. Todas las bocacalles que dan a la de Colom son peatonales, favoreciendo la fluidez del tránsito peatonal. Al tratarse de un recorrido obligado para los visitantes, la calle se encuentra llena de comercios que vitalizan esta zona del centro de Palma.
Desembocamos en la Plaça de Cort, auténtico centro neurálgico de Palma y kilómetro cero de todas las carreteras que salen desde esta ciudad. Germán nos invita a apreciar “La olivera de Cort”, un olivo centenario que fue trasplantado desde la Sierra de Tramuntana como símbolo de paz. En su tronco, completamente retorcido, se pueden apreciar figuras como “la oreja de Mallorca” o diversas caras. Enfrente encontramos el edificio del Ayuntamiento, antigua sede de cortes feudales que dan nombre a la plaza, aunque reformado, contando con una espléndida fallada barroca. Punto de interés es un gran banco corrido a lo largo de su fachada, conocido como banc dels vagos (el banco de los vagos) o el banco del “sinofós” (si no fuera por…) porque, según se dice, allí se sentaban los que buscaban excusas para no trabajar, aunque el banco tuvo su origen en servir asiento de tribunales.
Continuamos el recorrido por el Carrer del Palau Reial, una calle más ancha, aunque de arquitectura y vida similar a la de Colom, que desembocará en la Catedral de Palma. Nos dejamos impresionar de nuevo por las fachadas modernistas, mientras Germán nos habla de sus hijos y de su nieto, al que dedica su último poemario y a quien llama “el pirata”. Nos comenta cómo el ser abuelo le ha hecho valorar aún más las pequeñas cosas, los momentos con la familia, los juegos con su nieto y los aprendizajes que, según nos dice, son siempre compartidos.
Antes de llegar a la catedral nos encontramos una pequeña placita, recoleta, con árboles frondosos que protegen a los que deciden descansar en la terraza que se encuentra en el interior. Comentamos con Germán la profusión de terrazas de la zona que, a pesar de su número, no representan ningún obstáculo para el viandante. Netamente mediterránea, Palma de Mallorca se vive en la calle, y las terrazas forman parte inseparable de su paisaje urbano.
El Carrer del Palau Reial desemboca en el mar, no sin antes servir de nexo de unión a los dos edificios más representativos de Palma de Mallorca: la Catedral y el Palacio Real de la Almudaina.
El Palacio Real de la Almudaina, de origen romano, fue también alcázar musulmán, y sede del reino de Mallorca con diferentes monarcas que fueron ampliándolo en extensión y altura. Actualmente es la residencia oficial de la Familia Real española durante sus estancias en Palma, aunque efectivamente usen para alojarse el Palacio de Marivent.
Enfrente, la Catedral de Mallorca, comenzada a construir en el siglo XIII sobre la antigua mezquita, y terminada en el XVII , se muestra imponente con su estilo gótico levantino, siendo su bóveda la tercera más alta del mundo. Uno de los últimos arquitectos en realizar transformaciones a la Seo fue Antoni Gaudí. Situada junto al mar, del cual se defiende con las murallas romanas, ampliadas en época renacentista. Tiene tres naves, sin girola ni crucero, y un amplísimo claristorio del que es muestra el enorme rosetón de su fachada de 150 m2.
Este es uno de los lugares que más atraen a Germán, especialmente los jardines de la Almudaina que se extienden a los pies del Palacio y un escenario en el que diversos grupos de música o de teatro amenizan las tardes de los visitantes. La muralla, paseable, acoge a numerosos turistas y, por encima de ella, nos asomamos al mar. Bajando de la muralla avistamos el Parc de la Mar, con su bello lago y un inmenso chorro de agua, como si el propio mar saliera de sus entrañas para bañar a la Ciutat y nos despedimos de esta bella ciudad de Palma de Mallorca.
Germán Terrón Fuentes, poeta gaditano nacido en Jerez de la Frontera en 1957. Pasó su infancia y juventud en Úbeda (Jaén). Estudió Ciencias de la Información en la Universidad Complutense de Madrid y desde 1982 reside en Palma de Mallorca.
Entre sus poemarios destacan:
El rastrillo de mi vida, 2104, Editorial Círculo Rojo
Reflexiones y poemas de un naufragio, 2015, Editorial El taller del poeta
Más información de Palma de Mallorca en:
Ayuntamiento de Palma de Mallorca http://www.visitpalma.com/es/
Comunidad Autónoma de Illes Balears http://www.illesbalears.es/esp/mallorca/home.jsp
Turismo de España: http://www.spain.info/es/que-quieres/ciudades-pueblos/grandes-ciudades/palma.html
