Opinión

Mourinho, al este del Edén

Diseño: J. M. “Lucky” S. Recio
photo_camera Diseño: J. M. “Lucky” S. Recio
En Pasajes de cine hacemos sociología del fútbol. Revisamos la compleja personalidad de Mourinho; como James Dean, a veces, poseido por el método Stanislavski. Veremos en clave de cine y arqueología su relación con Guardiola. Y por último, una receta blanca, "Mourinhos y cristianos".
Es el "James Dean" del fútbol. José Mourinho, poseedor de una personalidad compleja -sensible y violenta a la vez-, cuando realiza declaraciones a los medios de comunicación parece seguir el manual del Actor´s Studio, el conocido Método Stanislavski, basado en la creatividad y en la búsqueda interior de las causas que originan determinadas actitudes. Inspirado en la creencia de que hay que llegar a la veracidad total, el entrenador del Real Madrid, realiza siempre un trabajo impecable no sólo en el plano emocional y en el intelectual, sino también en el físico. Realmente la mímesis de "the special one" con el protagonista de Rebelde sin causa (Nicholas Ray, 1955) es tan llamativa que no se sabe quién es quién, y sobretodo quién parece más mortificado de los dos.




Arriba, en el centro, primer plano de José Mourinho, a ambos lados dos fotografías de James Dean. Abajo, parecido razonable entre  Mourinho y Dean, “enfundados”  en sus abrigos.

Pero aquí no acaban los paralelismos vitales y cinematográficos de "Mou". La relación profesional que ha mantenido con Josep Guardiola, otro magnífico entrenador, hace recordar aquel diálogo irónico de Woody Allen en Delitos y faltas (1989): "Si, le quiero como a un hermano. Como Caín a Abel".

Seguimos con el cine y los mitos. En la película Al este del Edén (Elia Kazan, 1955), dos hermanos llamados Cal y Aron rivalizan por la atención y el afecto de su padre, que responde al nombre de Adam, continuando el juego metafórico de nombres bíblicos. Cal (James Dean) es aparentemente problemático, sin embargo los que le conocen bien como Abra, la novia de su hermano y el sheriff local, saben que en realidad Cal, bajo su apariencia atormentada, es un chico bienintencionado al que el destino no ayuda por más que él se esfuerce. El mito de los dos hermanos antagónicos –uno de ellos más apacible y querido por los cielos- se remonta a la Antigüedad. El Libro del Génesis narra con gran precisión la muerte de Abel a manos de Caín, y cómo éste fue expulsado de sus tierras por la ira divina. En su exilio hacia el este del Edén, Caín fundará un nuevo asentamiento: Enoc.   

La mitología egipcia también cuenta una historia de asesinato entre hermanos; Seth mató a Osiris para arrebatarle el trono. Osiris, entre otros atributos, era la deidad de la agricultura, por lo que se relaciona con el conflicto entre labradores (Caín) y pastores (Abel). La muerte de éste último podría interpretarse como una alegoría del modo en que la civilización agraria asimila a la nómada. Desde el punto de vista arqueológico habría que remontarse hacia el 7000 a.C., en el Neolítico. Allí, en los albores de la civilización, los sumerios de la antigua Mesopotamia iban pasando de manera oral relatos en torno a conflictos entre pastores y agricultores. De hecho, geográficamente, y así se cierra el círculo, el supuesto Edén podría haber estado allí, junto a los ríos Éufrates y Tigris.




A la izqda. Fotogramas de Al este del Edén, con los hermanos Cal (James Dean) y Aron (R. Davalos). A la dcha. Pep Guardiola y Jose Mourinho (Fotos: http://www.asgol.com/tag/mourinho-guardiola/   www.ferplei.com)

Y para finalizar, os anotamos una receta sencilla y no sólo para madridistas.



"MOURINHOS Y CRISTIANOS" (PARA DOS PERSONAS)

Ingredientes:

1 bote de judías pintas cocidas
1 vasito de arroz preparado
5 cucharadas de aceite
1/2 cebolla picada
3 dientes de ajo
1 bote o brick de tomate frito (250 gramos aprox.)
1 pastilla de caldo concentrado
Una pizca de pimentón y sal

Elaboración:

Se fríe en aceite la cebolla y el ajo. Se incorporan después la pastilla de caldo, y la pizca de pimentón y sal. A continuación se añade el tomate frito, así como 4 vasos de agua. Mientras, en otra cacerola, se habrán volcado las judías y el arroz (tras haberlas lavado). A esa cacerola se le incorpora el contenido de la sartén. Se remueve todo para evitar que se pegue, y se deja hervir siete u ocho minutos como mínimo.