Opinión

Una dosis de norte en Tenerife

Antiguo convento de San Francisco de Asís.
photo_camera Antiguo convento de San Francisco de Asís.
El norte también existe en Tenerife, una isla que no se agota en playas y volcanes y ofrece una sorprendente experiencia rural y vinícola.
Las Américas al sur y, si no eres muy de playa, el Teide en el centro. ¿Eso es todo lo que piensas de Tenerife? MEEEEEC: ¡Error! Si has oído esa musiquilla televisiva que recomendaba saborear una cerveza porque todos necesitamos un poco de sur para poder ver el norte –no recuerdo la marca, es que soy más de vino…– dale la vuelta al consejo: aquí se impone descubrir el norte, disfrutarlo y no ponerse tenso con el tiempo.

Una comarca que sorprende es Isla Baja, al noroeste. Con más de la mitad de su espacio protegido, es un secreto bien guardado que se abre al turismo rural y ofrece una mezcla irresistible de sabor atlántico, paisajes autóctonos y paz, mucha paz.

Si quieres ir a lo grande, comienza por la minúscula Garachico (Oficina de Turismo. Tel: 922 13 34 61): en apenas 30 km2 te invita a darte un chapuzón en las piscinas naturales del Caletón, diseñadas por la lava hace unos cuantos siglos; conocer un pasado apasionante en el castillo de San Miguel, con un coqueto museo, gratuito, que abre de 10 a 18 h; descansar en el templete de la plaza de la Libertad (o de Arriba), entre el antiguo convento de San Francisco Asís (actual Casa de Cultura. Tel: 922 83 00 01) y la iglesia de Santa Ana; o ver la plácida arquitectura canaria en el palacio de los Marqueses de La Gomera.

Curiosea también por el interior de la Casa del Marqués de la Quinta Roja, un palacete del siglo XVI reconvertido en hotel (Tel: 922 13 3377). Dormir aquí no es barato (unos 100 € la doble), pero puedes sentarte en su patio colonial y comprar mermelada de plátano o de higo chumbo en la recepción.

En Garachico se come bien y se bebe mejor y la zona cuenta con denominación de origen propia, Ycoden Daute Isora, una de las 5 de la isla. Puedes saborearla en cualquier local acompañada de una vieja (es un pescado ¿eh?, y riquísimo) o un conejo con salmorejo.

O acercarte a Icod de los Vinos (Tel: 922 86 96 00), a 6 km. Como su nombre indica, además de su famosísimo drago –con más fotos que años a sus espaldas–, esta localidad es experta en buenos caldos y ofrece numerosas combinaciones para conocerla: con catas, visitas a viñedos y bodegas y hasta paseos en barco, desde 30 €.



Ya que estás en un isla, regresa a Garachico y descubre un paisaje netamente marítimo y poco conocido: el de la Punta de Teno. Aquí tienes un parque rural donde improvisar paseos silvestres, una cala para bañarte, mucho viento, un faro pintado a la antigua usanza, en rojo y blanco, y después, el gran Atlántico.