26 de noviembre de 2011, 0:59
El plato de las cebollas rellenas sigue siendo fiel a la receta tradicional. Durante estas jornadas, prácticamente todos los restaurantes y sidrerías de la localidad, servirán un menú compuesto por ración de callos de primer plato, seguido de cebollas rellenas de bonito. Como postre, el dulce tradicional y típico del municipio, las casadiellas de almendra.
El origen de las cebollas rellenas se le atribuye a la cocinera Aniceta Fueyo, popularmente conocida como "La Nina", quien después de la Guerra Civil, y durante la Cuaresma, agudizó el ingenio como cuando la necesidad aprieta e ideó un plato de cebollas rellenas de un sofrito con migas de bonito, para servir un almuerzo a varios sacerdotes que habían acudido al bar de La Laguna. Ni tenía carne, ni la podía servir. A partir de ahí, con el tiempo su innovación en la mesa se trasladó a otros hosteleros de la zona, como las cocineras Aurora y Belarmina, del restaurante La Conda. Y así fue como, paulatinamente, se instauró una festividad gastronómica que cada año atrae a cientos de comensales, turistas, visitantes y locales.
El origen de las cebollas rellenas se le atribuye a la cocinera Aniceta Fueyo, popularmente conocida como "La Nina", quien después de la Guerra Civil, y durante la Cuaresma, agudizó el ingenio como cuando la necesidad aprieta e ideó un plato de cebollas rellenas de un sofrito con migas de bonito, para servir un almuerzo a varios sacerdotes que habían acudido al bar de La Laguna. Ni tenía carne, ni la podía servir. A partir de ahí, con el tiempo su innovación en la mesa se trasladó a otros hosteleros de la zona, como las cocineras Aurora y Belarmina, del restaurante La Conda. Y así fue como, paulatinamente, se instauró una festividad gastronómica que cada año atrae a cientos de comensales, turistas, visitantes y locales.