Llevan años arrasando en las barras de Salamanca capital: son caldos producidos a los pies de la Peña de Francia, bajo la lejanía vigilante de la Sierra de Béjar. Vinos del terruño, complejos y peculiares, que rivalizan con los de Ribera del Duero o Rioja y que se han ganado las preferencias de quienes disfrutan del tapeo en la capital salmantina. Tan sólo cinco bodegas copan su pequeña producción. Cinco heroicas propuestas diseminadas por una comarca en la que naturaleza y patrimonio tienen mucho que contar.
Rutas del vino
La Sierra de Francia en imágenes
Para llegar hasta la Sierra de Francia utilizaremos el itinerario alternativo que desde Salamanca, y siguiendo la autovía de la Plata (A-66), enlaza con Guijuelo, localidad serrana y jamonera desde la que tomaremos el desvío hacia la monumental Monleón, primera sorpresa viajera. Estás en la comarca del Condado de Salvatierra.
Monleón, villa amurallada
Por Fuenterroble y Casafranca se van dejando atrás los límites occidentales de la histórica comarca y, pasado Endrinal, se tiene el primer contacto con el Alagón, auténtico protagonista del itinerario, aunque sea el cauce del arroyo Riofrío el que rodea el caserío de Monleón, primera parada de la ruta.
Monleón conserva muralla y castillo desde los primeros tiempos de la Reconquista. Fue nombrada villa por el rey leonés Alfonso IX a finales del siglo XII. El paseo comienza, precisamente, delante de la Puerta de la Villa, junto a la que se sitúa un verraco de piedra de factura vettona. Situada bajo una robusta torre de sillares graníticos, cuenta con cuatro arcos de medio punto y da acceso a un itinerario que lleva hasta la vieja judería, la puerta del Sol y la rehabilitada torre del homenaje.
Los alrededores de la villa pueden destriparse también a pie: hay una doble Ruta del Agua que lleva por los cauces del Riofrío y el Alagón para pasar junto a un molino, un viejo horno de cal y una antigua mina. Luego la carretera se adentra en la Sierra de Las Quilamas, zona ZEPA ideal para observar aves.
En San Miguel de Valero encontrarás el taller de ebanistería de Ángel Pisonero (tel. 923 41 55 93), declarado en su día primer taller artesanal de Castilla y León. San Miguel conserva el camino de Los Trasiegos, una senda de herradura utilizada antaño para llegar hasta el vecino Valero.
Enfilando a sur, por la SA-205, el recorrido se vuelca hacia el Alagón y San Esteban de la Sierra. Estás entrando en el territorio de la D.O.P. Sierra de Salamanca, un terreno de bancales al sol donde se producen los caldos más de moda en las barras salmantinas. Aquí reina la variedad rufete y desde que se creó el consejo regulador, en 2010, hay cinco bodegas adheridas realizando vinos de calidad. Junto al edificio de la cooperativa de San Esteban se inicia la ruta de los lagares rupestres, un itinerario circular de 12 km que muestra la relación de los habitantes de estas tierras con el vino desde tiempos inmemoriales.
Las caras de Mogarraz
En Santibañez de la Sierra se encuentra la Bodega Rochal (tel. 923 43 52 60), un pequeño elogio de la moderna enología. Pasea por sus calles, con bellos ejemplos de arquitectura serrana, y luego acércate hasta el puente medieval sobre el Alagón. Muy cerca, en el restaurante El Pipero (tel. 923 43 50 65) degusta platos típicos como la chanfaina o las patatas revolconas.
Desde aquí, la SA-220 se interna en el territorio del Parque Natural de Las Batuecas y Sierra de Francia. Al sur queda el municipio de Sotoserrano, lugar de cuna de las Bodegas Cuarta Generación (tel. 618 74 14 61) fundadas en 1948. Luego queda pasear por las angostas rúas de Miranda del Castañar o contemplar la exposición Retrata2, con fotos de los habitantes de Mogarraz en las fachadas de sus casas, es otro de los placeres del viaje.
En ésta última localidad puedes reponer fuerzas en un clásico, el Mirasierra (tel. 923 41 81 44). Y visitar las instalaciones de la bodega La Zorra (tel. 609 39 25 91). Luego es obligado acercarse a Villanueva del Conde y, por un camino bien asentado, llegar hasta las instalaciones de la Bodega Cámbrico (tel. 923 43 75 04). Puedes acabar tu recorrido con dos últimas paradas: la primera en Sequeros y la segunda en San Martín del Castañar, con su castillo de la Biosfera -imprescindible para los amantes de la naturaleza- y el taller de cerámica de Chema Santamaría, ponen punto y final al recorrido.
Paraíso de las chacinas
La Sierra de Francia ofrece una climatología ideal para la elaboración de productos deivados del cerdo ibérico. El secado al aire de jamones, paletillas y chorizos garantiza una untuosidad y aromas especiales: todo te lo explicarán en la sala de degustación de Ibéricos Calama (Tel. 923 41 81 01) de la mano de Toñín De Luis. Cuentan con un Museo del Ibérico en sus instalaciones de Mogarraz en el que se muestra cómo era la matanza tradicional y una tienda con productos de elaboración artesana de la comarca.
Dónde dormir
En San Miguel de Valero, hotel rural Sierra Quilama, situado junto al casco urbano de San Miguel de Valero, al otro lado de la principal entrada del pueblo. Se trata de un amplísimo establecimiento que cuenta con trece habitaciones decoradas al estilo rústico, con colores cálidos, suelos de gres, mobiliario de madera y mucho espacio que se complementa con una suculenta oferta de restauración basada en productos de la comarca y unos cuidados jardines. Y en San Martín del Castañar, Casa Troylo: Concha y Manuel se enamoraron hace ya muchos años de la Sierra de Francia y decidieron comprar y rehabilitar, con sus propias manos, este edificio centenario situado en el casco urbano de San Martín del Castañar. Abierto al público desde 2007, ellos viven en la parte privada del edificio y ofrecen 3 coquetas estancias, un delicioso e íntimo restaurante y una bodega auténtica a cuantos se alojan en este minúsculo hotelito rural. Calidez, rusticidad medida, comodidad, silencio y verduras y hortalizas de su propio huerto para disfrutar de un modo tranquilo y verdadero del entorno serrano.
