Gastronomía del Quijote en Alcázar de San Juan

Estatua de Miguel de Cervantes - Alcázar de San Juan
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Alcázar de San Juan celebra los días 29 y 30 de noviembre las X Jornadas del Guiso de las Bodas de Camacho, en el que participarán un total de 25 establecimientos

En Alcázar de San Juan, uno de los escenarios fundamentarios del Quijote, tiene lugar una peculiar celebración: la Jornada del Guiso de las Bodas de Camacho. Una cita con la cocina más literaria que tiene como objetivo potenciar la gastronomía manchega vinculada al Quijote y fomentar el turismo en la ciudad alcazareña. La décima edición de esta curiosa convocatoria coincide con un año muy cervantino, que se desarrollará durante todo 2015 con motivo del cuarto centenario de la publicación de la segunda parte del Quijote.

El Guiso de las Bodas de Camacho es uno de los platos más representativos de la gastronomía manchega, es por ello que esta cita se convierte en ineludible en el calendario gastronómico y turístico año tras año. Según cifras de años anteriores, está previsto que más de tres mil turistas, procedentes de toda Castilla-La Mancha y de la Comunidad de Madrid visten Alcázar de San Juan en busca del típico plato quijotesco.

El menú de estas jornadas podrá encontrarse en 25 establecimientos debidamente señalizados. Tendrá un precio único de 14 euros y constará de unos entrantes de queso, chorizo y lomo de orza, el plato principal del Guiso de las Bodas de Camacho, pan, vinos manchegos, y para finalizar bizcochá, mistela y mantecado.

La receta del Guiso de las Bodas de Camacho hay que buscarla en el capitulo XX de la 2ª parte del Quijote:

"La boda de Camacho y Quiteria, se fraguó en el mes de Octubre, y se consolidó a finales de Noviembre. Se llevó a cabo en los campos de Alcázar de San Juan. Sus criados, agasajaron a los invitados a lo largo de la semana con viandas de corral, orza, horno y bodega. Cuando el festín hubo acabado, dioles Camacho a la servidumbre permiso para preparar su comida, cogiendo lo que quisiesen de sus corrales y celebrar así también ellos, con un guiso, la boda de Camacho. Con tal atino, se dispusieron a tirar del cuello y desplumar a todas las gallinas que aún quedaban, remojaron el pan, que con perejil y ajos rojos, bien picados, mezclaron con las sobras del pernil y amasaron con los huevos que no faltaron, frieron las manoseadas pellas o albóndigas, que luego, después de hervir las gallinas, con almendra machacada y sal, hacen un caldo que se puede cortar, juntaron todo en la olla en el último hervor, espesándose aún más la salsa con las albóndigas, aunque si bien, éstas llegaron diezmadas a la olla por el trasiego del vino y de los mozalbetes en los fogones".

 

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